sábado, 22 de marzo de 2008









LAS POSIBILIDADES DE LA LÍNEA

Colectivo 44

En el espacio de La Castañeda # 44 nos encontramos en esta ocasión con un grupo de propuestas cuyo fundamento en general gira en torno a lo gráfico. Considero que la línea es el factor más evidente en estos proyectos, su presencia que en ocasiones deviene en manchas o en sucesión de puntos en otras, resalta sobre condiciones materiales, texturales u objetuales de los proyectos.

César Antonio López interviene los muros con el recurso más elemental del dibujo: La línea y la mancha. En esta propuesta nos encontramos con un paisaje, sin embargo, al analizarlo más concienzudamente, vemos que éste es simplemente evocativo y más que nada es un motivo universal cuyo propósito es el dar rienda suelta a la construcción de la forma. Mediante el uso del negro, de una escala tonal basada en grises y una rica gama de calidades gráficas, genera planos en la imagen a través de los cuales vislumbramos el carácter simbólico de la forma y que nos va llevando de uno a otro elemento del motivo; el dibujo va y va, de tal modo que al final de cuentas nos encontramos frente al regodeo de la línea que nos deja como resultado una atmósfera de sensaciones y símbolos por discernir.

El caso de Guillermo Trejo es semejante en cuanto a la intervención de los muros y sobre como la forma afecta la superficie y en consecuencia el espacio seleccionado. En un principio no vemos nada, sin embargo, desde el momento en que nos asomamos a la habitación estamos integrándonos al proyecto. Su propuesta no es de carácter contemplativo sino activo, hace que el espectador forme parte de la pieza, de la propuesta gráfica. La línea hará acto de presencia al conformar un dibujo que basado en el alto contraste manifiesta su resolución al integrarse al muro respetando sus irregularidades o disposición de los mismos. Guillermo considera el espacio en el que se desarrolla la imagen para que en la fuerza expresiva del negro de la línea, el espectador reconozca lo instantáneo del efecto, en este momento la acción toma lugar y pasamos a formar parte del accidente representado no sólo por la propuesta visual sino en el sentido conceptual al involucrarnos en la pieza. En consecuencia, la línea nos hace partícipes de la acción.

Karen Perry hace uso de la espacialidad del sitio elegido, siendo una línea la que nos hace involucrarnos en el acto de reconocer el efecto del tiempo en esa área específica. Por un lado, si bien el peso de la forma puede hacernos conscientes de lo complejo de su ubicación, por otro, la línea de arena que dibuja a través de la silla sobre el piso nos hace reconocernos en el tiempo y como éste modifica el espacio conforme avanza. Nuevamente la línea nos lleva de la mano, o mejor dicho de la vista para seguirla, para seguir su curso, para seguir el camino del dibujo en el espacio y que de esta manera desentrañemos lo simbólico de su propuesta.

Otra clase de línea es la que vemos en el trabajo de Gustavo Gómez. Hay una conciencia de la linealidad que define el espacio cuadrangular de la habitación y en consecuencia de lo artificial de la misma. Por un lado, el juego entre las molduras fijadas a la pared y las líneas paralelas que corren a lo largo de la misma, las líneas de las baldosas, la regularidad de la viguería, la lámpara que corre paralelamente a ella e ilumina el área y que nos hace reconocerla en su magnitud; líneas que definen lo regular y cerrado de ésta y por otro, el juego que Gustavo hace a su vez mediante el uso de elementos naturales montados en una paralela nos remiten a pensar en el concepto de refugio, de cómo al introducir elementos ajenos al espacio y generar esa especie de invernadero y la luz que lo ambienta nos hace reflexionar sobre el fluir del tiempo como en la pieza anterior, sin embargo, la diferencia pareciera radicar en que aquí la percepción del tiempo trascurriera lentamente, se dilata y nos hipnotiza.

Otra noción distinta del concepto de paisaje es la que nos presenta Daniel Alcalá con una intervención que en principio nos lleva al entorno natural. Estamos acostumbrados a mirar lo que nos rodea en la ciudad sin realmente percatarnos de la realidad de su forma. Mediante el uso del contraste Daniel nos hace ver lo que cotidianamente no vemos y que sin embargo está ahí: la paradoja entre la naturaleza y su imitación. El bosque que Daniel presenta bien puede hacer dialogo con el de César, sin embargo, al analizar más cuidadosamente la imagen, nos damos cuenta que el hombre tiene la necesidad de disfrazar el paisaje que le rodea. De entre ese bosque se distinguen árboles artificiales que vemos con alguna frecuencia en la ciudad, la forma que se resalta a través del contraste es la de lo artificioso del paisaje en la ciudad.

La artificialidad forma parte también de la obra de Ernesto Alva. En esta ocasión transfigura su imaginería personal en una pieza tridimensional ya que lo que antes eran líneas sobre una superficie que se sumaban y se sumaban, aquí ejecutan la misma acción pero en distintos niveles del cuarto que interviene. Las sucesiones de líneas paralelas hechas con cable y que no parecen tener principio ni fin, generan planos y a su vez la superposición de los mismos dimensionan el espacio a pesar de su transparencia La movilidad dentro de la intervención modifica la forma continuamente, el espacio se ensancha y se reconoce, nuevamente vemos cómo el tiempo también aquí ejerce su presencia dentro del acto contemplativo.

Leonardo Torres no emplea la línea como elemento básico de la forma, sino que es el espacio que ésta puede dibujar lo que hace que seamos parte integral de su pieza –o casi-. A pesar de la escala de sus personajes nos hace cómplices de la realidad que acontece en la escena y de algún modo hace interactuar a los personajes con el espectador. Es la sorpresa, el efecto de pasar a formar parte de la escena pero en distinta dimensión lo que hace que no sólo nosotros nos movamos en el espacio, sino que las piezas se muevan con el espacio y así el espacio se redimensiona.

Pasemos a formar parte de los proyectos que aquí se presentan y evoquemos con la mirada el poder que la línea tiene sobre nuestra percepción.

Alfredo Rivera
Coyoacán, junio 2007.




La Castañeda No. 44




1 - Daniel Alcalá
2 - Ernesto Alva
3 - Cesar Antonio López
4- Omar Arcega
5 - Gustavo Gómez Brechtel
6 - Karen Perry
7 - Leonardo Torres Lerdo de Tejada
8 - Guillermo Trejo












Daniel Alcalá








Ernesto Alva








César López








Omar Arcega








Gustavo Gómez Brechtel








Karen Perry








Leonardo Torres Lerdo de Tejada








Guillermo Trejo